La crisis por la falta de agua en la región tiene nombres y apellidos, y se trata de figuras prominentes y organizaciones que en su momento se opusieron al proyecto Monterrey VI.
En el centro de la controversia se encuentran el exgobernador Jaime Rodríguez, el excandidato a la gubernatura Fernando Elizondo, el empresario Eugenio Clariond, junto con varias ONG’s y cámaras empresariales que criticaron el esquema financiero del proyecto y lo calificaron de “innecesario”.
El proyecto Monterrey VI, planteado en 2011, tenía como objetivo abastecer a la región con agua del río Pánuco, pero enfrentó oposición significativa. Fernando Elizondo, en ese entonces candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura del estado, fue uno de los críticos más vocales, argumentando que no había necesidad de una obra de tal magnitud y coste, y sugiriendo la posibilidad de desvíos de recursos públicos para beneficio privado.
El consumo de agua en 2011 era de 12,500 litros por segundo y crecía a un ritmo de 500 litros por segundo anualmente, alcanzando la capacidad máxima de la cuenca en 2015. A pesar de las evidencias que apuntaban a una futura crisis hídrica, figuras como Eugenio Clariond afirmaron que no era necesaria una inversión en el proyecto, calificándola de “nefasta”.
Organizaciones civiles también se unieron a la oposición, criticando las implicaciones ambientales del proyecto y la elección del río Pánuco como fuente de abastecimiento, siendo este el segundo río más contaminado de México.
Finalmente, en 2016, el exgobernador Jaime Rodríguez canceló el proyecto, describiéndolo como polémico y generador de antipatías. Esta decisión ha llevado a la actual crisis de agua que enfrenta Nuevo León, una situación que, según los expertos, podría haberse evitado con la realización del proyecto Monterrey VI.